Capitulo...
Rendida a Tus Pies, ebria del deseo de sentir Tu Carne… y Tu Esencia…
El sabor de mi boca calmando el fuego de Tus Venas, sintiendo los pálpitos mientras el suelo es la almohada que clama mi rendición.
Atas mis manos con el cruce de tus dedos. Las solapas con las Tuyas y afrontas Tus Caderas que se funden con mi rostro. Desafías mis cautelas, y, mi boca, sin clemencia, es abismo de Tu Furia.
Ni cada gota de mis ojos inundados, ni el aire agotado ante Tu Convulsión, ni mi garganta regurgitando la espuma como mar a contracorriente de las rocas… son muralla a los embates recios de Tu Encalladura.
Azul de Magdalia