Los días que ocupan el silencio en cada poro del pensamiento.
Los callados verbos que se conjuran entre las comisuras de los labios.
Los pálpitos fúlgidos que requiebran en el profundo oscuro de las entrañas...
El abanico que se yergue de respeto, que cubre, con sutileza, la calma penitente.
El siempre que es menguante ante el deseo y eterno ante la Entrega
que se ofrece a los Pies de Mi Elegido.
Azul de Magdalia
El Elegido es quien se alza como merecedor de la dádiva más sublime, aquella que se brinda completamente desde el deseo de ser.
ResponderEliminarBeso dulce Mi Estimada Magda y dulce semana.
Así es, Mi Estimado Dulce.
EliminarSolo Él puede comprender. Solo ella puede dar así.
Mi Beso y mil gracias siempre.
Bienaventurados los elegidos, cómplices del silencio.
ResponderEliminarEste poema me hizo levitar. Preciosooo
Besoss
Así sea, don Dumas, en el callado sentimiento de pertenecerSe.
EliminarGracias infinitas por el sentir en tus palabras.
Un beso.