No solo me guías en la oscuridad de mi ignoto saber o me muestras ese camino de todo lo que se puede aprender; también me enseñas aquello que está oculto en mí, deseoso de salir a la luz, adormecido entre laureles con aroma a lujuria, con tino de agua de pasión, con estigmas y marcas que cicatrizan en cada paso dado y debido…en este angosto sendero tan largo como el infinito, con partida y destino más allá de la piel, ahí donde laten pensamientos encarnados y encarnizados, ahí donde el respeto son alas de mariposa —de carne y de viento— que emprenden vuelo en los silencios de Tus noches, enmarcados en la nívea espesura de mis lunas, en los acantilados de mis vértices…
Azul de Magdalia
Quien sabe guiar con maestría sabrá sacar lo más esencial de quien se entrega y potenciarlo.
ResponderEliminarBesos dulce Mi Estimada Magda.