Un sencillo gesto de la Mano que me sostiene, de la que me asgo, confiando y sintiendo, elevando la mirada de manera regia e intensa, sin miedos. Esa Mano que me alimenta y me guía. Esa Mano que se ennoblece sobre mi piel, que acaricia el silencio de mi pensamiento cuando, erguido, se entrega a Él.
Azul de Magdalia
Una caricia así, traspasa la piel tocando lo más hondo. Bonitas palabras siempre llenas de sentimiento.
ResponderEliminarBeso dulce Mi Estimada Magda.
Muchas gracias, Mi Estimado Dulce.
ResponderEliminarLas palabras, como dices, sin sentimiento serían vacuas.
Mi beso.