Me elevo… en la entrega que subyace en el fondo del alma. Ahí donde tomas las riendas como aristas del abismo de este acantilado de emociones y sensaciones que cabalgan sobre mi piel, que galopan bajo ella como un infinito de alfileres pérfidos que usurpan cada poro de mi mente.
Me alzas… en el vuelo rasante de Tu Voluntad, en el fuego vivo de la palma de Tu Mano donde atizan las llamas de este anhelo. Y gimo, con espuma de mar en las junturas de mi boca, con el boceto de un aliento arrodillado ante el deseo, con el latido de mi carne…
Azul de Magdalia
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Agradecida por la visita y por el tiempo que me haya sido dedicado.